Pornocronía 38

El cierre de la edición número 1 del prestigioso anuario de “Pornocronías” de 1920 a cargo de la afamada dramaturga y promotora del desnudo políglota, la Italiana Nicodema di Auguri, también conocida como “La donna nuda dal l'underwood”, es uno de los tantos misterios que rondan los muros de la redacción del trágico pasquín. En dicho texto, Nicodema, además de lograr una de las crónicas más descarnadas del terrible año 20 en el que a la humanidad no le faltaron pandemias, crisis sociales, naciones compitiendo por una vacuna y sobre todo innumerables teorías conspirativas, consiguió en sus últimos párrafos sentar las bases de una teoría del apocalipsis que, aún hoy, y de no ser por su misteriosa desaparición y porque la estudian científicos en todo el mundo, podría decirse que es  como menos descabellada. 

En el escrito, la erudita aseguró que todas las cosas ocurridas en ese fatídico año no fueron más que la condición binaria de la realidad conocida en su entrelazamiento cuántico con las partículas de su realidad contraria y que, según sus propias palabras, por algún extraño fenómeno, le bastaba el simple hecho de estar redactándolas en la presente crónica para que eclosionen de un estado particular hacia otro. Según sus propias palabras: “En este momento el solo hecho de que yo esté describiendo cada una de estas tragedias, no hace más que darles la entidad necesaria para que colapsen en una realidad completamente antagónica: lo que es crisis social aquí, en otro universo es paz eterna, lo que es pandemia en este plano, en otra realidad es salud inmanenete y así, todo acontecimiento trágico, se corresponde con otra realidad completamente contraria en otro universo al que me voy sin dudarlo, porque ni loca me quedo a ver que pasa en este universo en el año 21”.

De Nicodema nada se supo, su paradero no pudo ser rastreado y de sus últimas palabras encontradas en un papel mal colocado de su máquina de escribir se podía leer: “y espero que el próximo año sea igual o peor que el anterior, porque de eso depende para que aquí yo pueda seguir disfrutando de las exquisitas e inacabables maravillas de la vida”