Desde su fundación, en 1854, la Universidad Autónoma de Chiapas en
México lleva a cabo una pormenorizada investigación científica sobre el
comportamiento humano bajo la presión de una cuarentena. En 1954 y a raíz de la
llamada fiebre del mescal ocurrida 10 años antes, publicó un informe que
concluía, lo que hoy es ampliamente sabido acerca de los beneficios que tiene
para la salud realizar actividad física en el encierro y así soportar los días
de claustro hogareño. Pero lo que el estudio nunca contó, y hoy sabemos gracias
a la incansable pesquisa del Dr. Marcelino Salas, es que ese conocimiento se lo
debemos a cuatro infortunadas estudiantes del colegio de Nuestras Sagradas
Mantillas: Margarita Gutierrez, Dolores Zapata, Rocío Villa y Esperanza
Zaldivar, las bellas cheerleaders con conciencia social que, apenas declarada
la pandemia, se organizaron con el laureado director de cine mexicano Ramón
Urpadilla, para la producción de una película en la que realizarían el primer
tutorial de la historia de ejercicios en casa. Si bien el experimento salió
como se esperaba y pudo salvar del aburrimiento a miles de personas, el destino
de las animadoras no fue tan prodigioso, ya que las infatigables horas de ensayo
y las aún más interminables tomas de uno de los cineastas más obsesivos del
momento llevó a las animadoras al borde de la pérdida completa de la razón. Hoy estas heroínas han caído en el olvido, aunque hay quienes afirman que en un
canal perdido de Youtube se las puede ver en uno de sus tutoriales y que
el mismo es de lo más entretenido.
El cierre de la edición número 1 del prestigioso anuario de “Pornocronías” de 1920 a cargo de la afamada dramaturga y promotora del desnudo políglota, la Italiana Nicodema di Auguri , también conocida como “ La donna nuda dal l'underwood ”, es uno de los tantos misterios que rondan los muros de la redacción del trágico pasquín. En dicho texto, Nicodema, además de lograr una de las crónicas más descarnadas del terrible año 20 en el que a la humanidad no le faltaron pandemias, crisis sociales, naciones compitiendo por una vacuna y sobre todo innumerables teorías conspirativas, consiguió en sus últimos párrafos sentar las bases de una teoría del apocalipsis que, aún hoy, y de no ser por su misteriosa desaparición y porque la estudian científicos en todo el mundo, podría decirse que es como menos descabellada. En el escrito, la erudita aseguró que todas las cosas ocurridas en ese fatídico año no fueron más que la condición binaria de la realidad conocida en su entrelazamiento cu...
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