El Dr Reginaldo Daguerre, catedrático de la universidad de Altos estudios
lingüísticos de la Universidad de Samoa, cansado de no poder impartir sus clases a
causa del virus Mead que en 1911 lo forzó a una cuarentena total durante
casi dos años, puso a prueba todo su ingenio y valiéndose de las nuevas
tecnologías visuales de la época, popularizadas por su tío Luis en París, y
gracias a sus amplios conocimientos en egiptología, se propuso dictar las
clases desde el estudio fotográfico de su sala de estar, usando su cuerpo desnudo
y fotografiado por su secretaria en las posiciones de un complejo conjunto de caracteres
lingüísticos. El Dr, proponía a sus alumnos, mediante esta técnica, un juego de
decodificación de mensajes ocultos que ellos debían descifrar y de esa forma aprobar
su ramo de lenguaje no verbal. Se supo mas tarde que las únicas intenciones
del Dr Daguerre no eran académicas, sino que, hoy lo podemos afirmar con toda
certeza, ser el primer antecedente de sexting que registra la historia de las
pandemias. A esta conclusión llegó la comunidad científica samoana tras decodificar algunas de las cartulinas
enviadas a sus, preferentemente, alumnas, en las que se podían leer, entre muchos otros, mensajes
como: “quien fuera coca cola, para hacerte sentir de verdad” o “Susana me la
pones como esta cuarentena, larga, larga, y sobre todo muy dura”.
El cierre de la edición número 1 del prestigioso anuario de “Pornocronías” de 1920 a cargo de la afamada dramaturga y promotora del desnudo políglota, la Italiana Nicodema di Auguri , también conocida como “ La donna nuda dal l'underwood ”, es uno de los tantos misterios que rondan los muros de la redacción del trágico pasquín. En dicho texto, Nicodema, además de lograr una de las crónicas más descarnadas del terrible año 20 en el que a la humanidad no le faltaron pandemias, crisis sociales, naciones compitiendo por una vacuna y sobre todo innumerables teorías conspirativas, consiguió en sus últimos párrafos sentar las bases de una teoría del apocalipsis que, aún hoy, y de no ser por su misteriosa desaparición y porque la estudian científicos en todo el mundo, podría decirse que es como menos descabellada. En el escrito, la erudita aseguró que todas las cosas ocurridas en ese fatídico año no fueron más que la condición binaria de la realidad conocida en su entrelazamiento cu...

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