La historia de la condesa Clara Mustard, Reconocida poetisa de la ciudad
bávara de WeinBensberg en la Alemania de fines del siglo XIX, es tan
extraordinaria como misteriosa. Según cuenta
la leyenda popular de la zona, durante la tristemente célebre influenza del
Rhin ocurrida entre 1899 hasta principios del 900 al
norte del antiguo imperio teutón y durante el período en que tuvo
que cumplir con la cuarentena en su castillo, la joven bávara compuso las extraordinarias “Memorias de una
cuarentenaria”, un texto poético-erótico hermenéutico redactado bajo los
efectos psicotrópicos del láudano y que, según dicen las crónicas rescatadas de
la memoria oral, consistía en siete cantos escritos en rúnico que debían leerse
acostados en el bosque, desnudos y ante los restos óseos de una víctima de una
pandemia preexistente. La leyenda señala que al hacerlo se ponía fin a los
efectos mortales de cualquier pandemia que exista en la tierra. Algunos
aseguran que la poca expansión y duración que tuvo la fiebre del Rhin se debió exclusivamente
a ese texto psico-mágico y a su bella autora, pero tanto sus páginas, como los
restos mortales de la condesa desaparecieron en las profundidades del bosque y
del tiempo. incluso hoy algunos los buscan como un recurso desesperado para aniquilar,
como lo hiciera ella en el pasado, la amenaza de pandemias presentes y sobre
todo, de las pandemias futuras.
El cierre de la edición número 1 del prestigioso anuario de “Pornocronías” de 1920 a cargo de la afamada dramaturga y promotora del desnudo políglota, la Italiana Nicodema di Auguri , también conocida como “ La donna nuda dal l'underwood ”, es uno de los tantos misterios que rondan los muros de la redacción del trágico pasquín. En dicho texto, Nicodema, además de lograr una de las crónicas más descarnadas del terrible año 20 en el que a la humanidad no le faltaron pandemias, crisis sociales, naciones compitiendo por una vacuna y sobre todo innumerables teorías conspirativas, consiguió en sus últimos párrafos sentar las bases de una teoría del apocalipsis que, aún hoy, y de no ser por su misteriosa desaparición y porque la estudian científicos en todo el mundo, podría decirse que es como menos descabellada. En el escrito, la erudita aseguró que todas las cosas ocurridas en ese fatídico año no fueron más que la condición binaria de la realidad conocida en su entrelazamiento cu...

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