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Pornocronía 6

En el verano de 1953, el pintor belga Edward Patiño, radicado en Papeete en la Polinesia Francesa, intenta por enésima vez dar inicio a los trazos del primer cuadro para revertir su malograda carrera como artista de renombre. Luego de tres años en la isla y de buscar obsesivamente una musa, Edward encuentra a la joven aldeana Hika Terai a quien propone captar con su arte. Lamentablemente el artista nunca pudo lograr tal misión, ya que una y otra vez todo terminaba arruinado cuando la aldeana, presa de una extraña alergia a los solventes del las pinturas era víctima de una interminable cadena de estornudos que le impedían al pintor retratar a la fuente viva de sus deseos. 

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Pornocronía 38

El cierre de la edición número 1 del prestigioso anuario de “Pornocronías” de 1920 a cargo de la afamada dramaturga y promotora del desnudo políglota, la Italiana Nicodema di Auguri , también conocida como “ La donna nuda dal l'underwood ”, es uno de los tantos misterios que rondan los muros de la redacción del trágico pasquín. En dicho texto, Nicodema, además de lograr una de las crónicas más descarnadas del terrible año 20 en el que a la humanidad no le faltaron pandemias, crisis sociales, naciones compitiendo por una vacuna y sobre todo innumerables teorías conspirativas, consiguió en sus últimos párrafos sentar las bases de una teoría del apocalipsis que, aún hoy, y de no ser por su misteriosa desaparición y porque la estudian científicos en todo el mundo, podría decirse que es  como menos descabellada.  En el escrito, la erudita aseguró que todas las cosas ocurridas en ese fatídico año no fueron más que la condición binaria de la realidad conocida en su entrelazamiento cu...

Pornocronía 8

De las tradiciones más excéntricas de Europa del Este podemos mencionar la doma porcina, una de las prácticas mas antiguas de la ciudad de Zaporiyia en Ucrania. De aquella competencia, los más ancianos narran aún las historias de las imbatibles hermanas Aloysha e Irina Polyakova, quienes entre 1908 a 1914 fueron las indiscutibles campeonas en la ciudad y en los certámenes regionales. Cabe mencionar que el secreto de las hermanas nunca fue develado, aunque algunos sospechan que sus victorias se debían a la simpática Aloysha y su destreza con los pies, con los que realizaba unas placenteras caricias en el hocico del animal mientras era montado.

Pornocronía 25

A Guillermina Nacht, hija del famoso escultor Bávaro Eduard Nacht, poco le importaban las consecuencias de la temida influenza prusiana de 1894. Su espíritu libertario, unido a sus estudios en las incipientes ciencias de la epidemio-morfología corporal  la llevó a combatir la pandemia con todas las armas a su disposición, a saber: las provenientes de la medicina, como así también una amazónica actitud de guerrera huna, herencia de las practicas en el estudio de su padre como modelo de sus esculturas. Wilhem Roche, colega suyo del Hospital General de Baviera recordaba en un diario intimo encontrado en 1995: “a veces nos asustábamos de la bravura de Guille (como le decíamos) e incluso llegábamos a sospechar de sus estabilidad psíquica, pero los excelentes resultados con sus pacientes demostraban que no estaba para nada equivocada y que evidentemente, al virus lo espantaba su inquietante bravura”.