“Cuando llegue la vacuna, cuando llegue la maldita vacuna”- fueron las últimas palabras mecanografiadas por la reconocida escritora húngara Cornelia Saavedra en su diario de pandemia, el 31 de diciembre de 1929, minutos antes del fin de año y días antes de ser encontrada muerta en su habitación del hotel “Saturno y Júpiter” junto al cadáver de su joven amante, el artista británico Bill O ` Nan, precursor de la vanguardia Self-Porn y que, por los signos de su avanzado estado de descomposición, había muerto unos años antes. Los biógrafos de ambos artistas les habían perdido el rastro en 1922, luego de que la pareja desafiara los relatos optimistas de la época tras la gran guerra y en una escandalosa rueda de prensa en la que desnudos y sentados en un sofá, declamaron que la humanidad se encuentra enferma de una gripe cultural peligrosísima a la que denominaron “Víspera Novus”. -No hay caminos cuando el virus te ataca-, escribió Cornelia en uno de los pasajes de su diario, -l...