Freschia Ordoñez, la reconocida estrella porno madrileña, amaneció ese 12 de enero de 1954 cansada de tantas mentiras mundiales: cansada de la cuarentena interminable por el virus pandémico de la famosa gripe norteamericana, cansada de las promesas de vacunas llenas de mensajes subliminales, cansada de las falsas noticias y tan cansada de estar cansada, ese fatídico día decidió revelar una de las tantas farsas a las que se sentía sometida. Ocurrió entonces que completamente desnuda salió a la calle a demostrar al mundo el tremendo fraude de ese crudo invierno, alegando que la nieve no era mas que plástico arrojado con máquinas especialmente diseñadas por el estado, y que el frío no era más que un engaño de una mente manipulada por el nuevo orden mundial. El cuerpo de la actriz nunca fue reclamado, al término del invierno y de los meses de la cuarentena, y a regañadientes de los hombres que pasaban por allí y subrepticiamente acariciaban su esbelta y aún congelada figura con los oj...